La potranca del momento, la heroína de Sotelo
DOSAÑEROS FUERA DE SERIE
Ya que se han puesto de moda el cine de súper héroes, la Cuadra Tehuantepec no quiere quedar atrás, y presentó, en la película de la séptima de la tarde, a su corredora estrella Super Ivonne, fiel candidata a ser una de las pertenecientes a la realeza del Hipódromo de Las Américas.
La dosañera americana presume entre sus poderes, la velocidad para humillar a sus contrarias, la potencia para arrancar en punta, la resistencia al aguantar los embates de sus adversarias, y la fuerza para tener un cierre demoledor. Es así que Super Ivonne fue la protagonista de la tarde y conquistó su segundo clásico consecutivo, ahora el Gran Promesa para tener de dos salidas, dos victorias contundentes.
La hija de Protonico, fue criada en los Estados Unidos, y con su fácil triunfo en el Clásico Debutantes, que ganó por 7 largos, y ahora en el Clásico Gran Promesa, que conquistó con cuatro cuerpos de ventaja, se muestra como invencible y quizá como villana de las potrancas de su generación, tanto importadas como mexicanas.
La corredora, terminó la distancia de los 7 furlongs, mil 408.18 metros, en un minuto 26 segundos y dos quintos. Fue montada por Javier Matías Barajas y entrenada por Ignacio Silva. Su próxima presentación será en el Clásico Lea B, el próximo 6 de noviembre, para comprobar si también logra volar en la pista.
NOBLEZA GANADORA: HARPET RIVER
A diferencia de Super Ivonne, que es explosiva, y de paso necesita la compañía de un borrego para relajarse en su establo, Harpeth River de Cuadra Barragán es todo lo contrario, siempre calmado, noble, fácil de manejar, pero cuando aparece en pista demuestra todo su potencial. La tarde de este viernes se coronó en el Clásico Anáhuac, y con ello consiguió su segundo trofeo tras imponerse también en el Clásico Debutantes.
El potro americano, lleva paso perfecto en Las Américas, de tres arrancadas, ha visitado el Círculo de Ganadores en las mismas oportunidades. Fue montado por Alfredo Barajas, quien lo conoce a la perfección. El hijo de Bind, entrenado por Carlos Ignacio Silva Olvera, registró tiempo de un minuto 27 segundos con cuatro quintos, al recorrer los 7 furlongs, mil 408.18 metros.