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ACENTO FINAL gana un polémico Gran Premio Jockey Club

El hijo de Treasure Beach se quedó con el Classic más antiguo, pero se abrió sobre el final y complicó a Honest Boy, que terminó como escolta, en gran actuación

Por Diego Mitagstein. Turf Diario.- El turf argentino está lleno de problemas, lo saben todos. Uno de ellos es el criterio de los comisarios para juzgar situaciones similares y que suele provocar malos entendidos, enojos y otras sensaciones negativas en el público, los propietarios y los profesionales.

Sus decisiones deslucen, quitan brillo a las fiestas y generan discusiones que, en un parámetro normal, no deberían darse. Alguien dice con respecto al VAR (el sistema que se utiliza en el fútbol para resolver jugadas dudosas) que nunca se equivoca, los que lo hacen son los árbitros. En la hípica es lo mismo. La televisión y las imágenes son leales, el tema es quienes están detrás de las pantallas para impartir justicia.

La edición 2024 del Gran Premio Jockey Club (G1-2000 m, césped) tuvo como ganador a Acento Final, uno de los potrillos que más méritos habían hecho sobre el césped a lo largo de la temporada, arrimando en cuanto G1 apareció en el calendario.

Sin Earth God (Cosmic Trigger) ni Colifato Novo (Lenovo), sus verdugos, por delante, el zaino del chileno Arturo Cousiño y su Stud Macul emergió del grupo por el centro de la pista, dominó al promediar el derecho y arriba controló la atropellada de Honest Boy (Heliostatic) por 1 1/2 cuerpo.

Sin embargo, en la parte final el ganador se fue pronunciadamente hacia afuera (la cámara de frente es evidente) y, ya cerca de la meta, rozó a su rival, que venía descontando. Dio la sensación que el escolta no alcanzaba, pero el hecho de que fuera obligado a correr en diagonal no es menor, pues el esfuerzo es diferente que cuando se va derecho. Todo se contempla en estos casos.

Reclamó Brian Enrique contra su colega Kevin Banegas y, luego de unos minutos, los comisarios confirmaron el marcador, seguramente, esta vez (no siempre pasa, y es el problemita del que se hablaba…) apoyados en que Honest Boy, en la impresión, no podría haber dado vuelta la historia.

Las imágenes fueron casi un calco de las que se dieron hace 2 años cuando Natan (Señor Candy) llegó a la victoria por el distanciamiento de El Musical (Il Campione), que desataron esa bochornosa reacción por parte de la parcialidad de este último. Ese día, la toma de atrás fue fundamental, esa que, esta vez, el público no vio… Y también, con un sabor similar a las de hace una semana, cuando American Psycho (Bodemeister) fue bajado del Clásico Yatasto (G3) en favor de Epityrum (Portal del Alto), por un movimiento similar.

En este último caso el sesgo fue más evidente, pero, apelando al mismo concepto o criterio, también pudo haber distanciamiento ahora. Hay otro problema y es la tendencia de nuestros jockeys a cambiar las líneas, y ostensiblemente; sin dudas, es un tema a corregir para evitar estas cuestiones.

Acento Final fue el héroe del Jockey Club y estuvo bien. Pero podría haber estado mejor. Honest Boy corrió, hasta ahora, la carrera de su vida, y a nada estuvo de darle al Stud El Angel de Venecia su tercera victoria en la carrera. El tiempo fue otro dato fuerte: 1m58s1/100, en una cancha voladora. La revancha está planteada.

Hubo muchas decepciones, como las de Holy Joy (Fortify) y Llego Bien (Señor Candy), que terminaron sexto y séptimo, respectivamente, sin mostrar casi nada, en gestiones que obligarán a replanteos.

Tarde de gloria para el entrenador Nicolás Martín Ferro, que también se llevó el San Isidro con el mencionado Earth God, y para el equipo del Haras Pozo de Luna, donde se crió el ganador, vendido en uno de sus remates anuales.

Por Treasure Beach (Galileo), que sigue sumando ganadores de G1 a su cuenta, Acento Final es hermano materno de la clásica Alla Tua Salute (Pure Prize) y nieto de la campeona Miss Atorranta (Numerous), que con el mismo padrillo había dado a la G1 Mirta, en una combinación genética que parece tener toda la química del mundo.