LA RINCONADA: Primer Clásico MY OWN BUSINESS
Justo reconocimiento a uno de los mejores ejemplares que hizo campaña en la pista del óvalo de Coche. Este domingo 22 agosto en la quinta carrera, hay un Clásico de Grupo Dos y le rinde homenaje con su nombre. La prueba no tiene validez para ningún juego y aparecen cinco tresañeros inscritos.
Con fanáticos que muestran sus conocimientos en materia hípica, siempre es grato leer, escuchar y recibir las expresiones de quienes vieron o conocieron en campaña al Crack Venezolano. Tiene tantos seguidores, con pasión y entusiasmo, quiénes defienden las hazañas del hijo de Voyageur en Wold Medley por Verbatim.
Quizás por algunas razones saludables muchos consideraron que este famoso caballo, tenía en Vuelve Jorge a un fuerte enemigo. Tal vez, porque lo derrotó en el Clásico José Antonio Páez, primer peldaño de la Triple Corona. Además que Vuelve Jorge, en varias carreras, fue la escolta del Campeón. Pero, sólo pudo vencerlo en esa ocasión. Cierto, muy lamentable, aunque en nada opacó los méritos, del pupilo del Stud Fantasía-Albarrán y presentado por el «Maestro» Antonio Bellardi. La relación comparativa entre estos caballos fue de 9 Victorias para My Own Business, mientras Vuelve Jorge; una ocasión en esos valiosos enfrentamientos.
Logró su cometido
Gran Empeño le hizo honor a su nombre. Consideramos, fue ese caballo que pudo derrotarlo en (3) oportunidades, ninguna producto de la casualidad. Lo venció en par de ocasiones: del Clásico Propietarios La Rinconada (2002-2003) y una oportunidad en el Clásico Día del Ejército.
Ahora bien, no olvidemos que Gran Empeño también fue sometido por My Own Business y en ese Confraternidad del Caribe del 2002 el consentido de Hugo Albarrán y Rocco Sebastiani, hizo vibrar las tribunas en Puerto Rico, igualando de 3-3 en eventos importantes a su máximo contendor. Si hubo más enfrentamientos a favor o en contra, no es importante reseñarlos en esta nota. Ambos ejemplares, tenían un nivel competitivo de altura y lo alcanzaron precisamente, en un momento más que interesante en sus respectivas campañas.
Derrotas que engrandecen
El redactor no pretende hacer oda al fracaso. Sin embargo, hoy en día son tan importantes al momento de evaluar las razones de tanto éxito.
La capacidad de recuperación del ejemplar, la versatilidad de su accionar en distintos recorridos y lo que significaba enfrentar en Venezuela y parte del Caribe, al extraordinario caballo, dan muestra irrefutable del purasangre. Siempre mostró sobradas cualidades. En nuestro país apenas en «7 cotejos» no pudo visitar al paddock de vencedores.
El 19 de abril, ganando el Clásico Presidente de La República en la temporada 2001, salió de Venezuela poco tiempo después y fue a las pistas Estadounidenses a parar en Saratoga, debutando el primero de agosto. My Own Business, de seis carreras en USA, apenas entró al marcador, en quinto lugar, dos ocasiones. Por esos lares, anduvo hasta enero de 2002. Sus allegados decidieron reinvindicarlo y regresó a poner orden en La Rinconada, ganando el Clásico José María Vargas el 24 de marzo.
Cadena de triunfos
En Puerto Rico en tres oportunidades que fue a competir las ganó todas, 2000, 2002 y 2003. Clásico Internacional del Caribe (1) y Confraternidad del Caribe (2).
Al centauro se le vio ganar en 1999, 2000, 2001, 2002 y 2003. Es decir, un lustro, mostrando que podía vencer a distintos contendientes y ganando favoritismo, aprecio y respeto de los aficionados. My Own Business convocó mucho público en la arena del óvalo de Coche. Le aplaudieron y en sobradas ocasiones.
Hechura con sello Bellardi
Mucho se podrá decir, pero es indiscutible la conexión que hubo entre Antonio Bellardi y My Own Business. En todo ese tiempo, cuándo estaba alojado en su establo, este Campeón respondió a plenitud, la planificación del preparador de marras. Carlos Andrés Olivero, Irwin Rosendo, Ángel Alciro Castillo y Emisael Jaramillo, lo llevaron al triunfo. My Own Business ganó en 34 carreras en Venezuela y otras 3 en el exterior. Fue un auténtico corredor, pero quedó comprobado: «Obra en su justa medida, gracias al entrenador».
? Wilmer Viloria
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